Ghostland A.K.A. Incident In A Ghost Land (2018)

CRITICA: Aunque no lo parezca, Ghostland guarda algunas similitudes con Martyrs del mismo director, cuando se trata de mezclar géneros en una sola película. Martyrs era terror y suspenso, que luego desembocaba en una especie de terror psicológico con temática ‘existencialista’, y en Ghostland, sucede algo similar, aunque no en ese orden ni con los mismos ‘géneros’ antes mencionados.

Ghostland comienza como en una novela misterio y tiene toques de terror psicológico bien suministrados, pero Laugier no renuncia en ser contundente a la hora de generar terror, y lo hace de manera efectista, con apariciones repentinas y un protagonismo central de los efectos sonoros. Luego, el film toma otros derroteros, en un giro de los acontecimientos que te deja totalmente descolocado y que es imposible descifrar, ya que la película no a pistas.

Laugier sabe mantener el misterio que rodea a la madre de la protagonista y su hermana loca, en ese regreso a casa, algo no pinta bien. En este aspecto recuerda un poco a los primeros compases de Get Out, con ese halo de misterio y ‘mal rollo’ que generaban algunas situaciones cotidianas, aunque aquí no de manera tan sutil, ya saben, bien a lo franchute.

La película tiene un ritmo avasallante y Pascal Laugier sabe manejar muy bien las dos etapas de la película, ese terror psicológico, ese misterio, esos momentos al más puro estilo slasher que recuerda a las mejores épocas del cine de terror francés del siglo XXI. El manejo de la violencia, el ritmo y la contundencia de las escenas, hacen que cada golpe te duela.

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Las actuaciones no podían haber sido mejores, Crystal Reed esplendida (Beth adulta), Emilia Jones (Beth joven) aún mejor. Aquí es importante destacar la construcción del personaje principal. Sabemos que realizar un buen personaje tridimensional (no plano) es complicado en una película de terror de este estilo, pero Laugier lo logra. No puedo decir mucho aquí, pero la construcción de este personaje tiene mucho que ver con la trama principal, en un guion muy bien realizado.

El plot-twist lo es todo. La trama que podría parecer básica y hasta predecible, no lo termina siendo. Al final del día, lo que hace destacar a esta película por sobre otras, probablemente no sea por la contundencia de las escenas más violentas o su ritmo trepidante, o unas actuaciones que te hacen vivir las escenas a flor de piel (tiene todo eso), es como se toma una trama simple y se le da una vuelta de rosca para contar lo mismo, pero con un tono diferente, y aun asi, seguir sorprendiendo al espectador.

Por todo esto, Ghostland es una gran película de terror que vuelve a colocar al grotesco cine francés nuevamente en los primeros planos y viene a confirmar que Martyrs no fue casualidad para el famoso director francés.

Esplendida dirección, grandiosas actuaciones, fotografía, sonido, ritmo sin descanso, misteriosa, psicológica, morbosa y un gran homenaje a la violencia sin razón. Recomendadisima, un saludo y nos vemos en la próxima amantes del horror.