The Devils Candy (2017)

Lo primero que llama la atención de Devils Candy antes de verla es la historia, no por ‘’la familia que se muda a una casa’’ sino por la parte en donde uno de ellos comienza a pintar cuadros un tanto perturbadores, como si una mano demoniaca etérea estuviera controlando la mano artista Jesse.

Cuando realmente estas viendo la película te das cuenta que es eso, pero también mucho más. Obviando la elección musical basada en el metal de los 80 y los primeros discos de Metallica, la película en su dirección y nivel interpretativo es un SI desde los primeros minutos, esa clásica sensación de ‘’ok, esto promete’’.

El primer acierto de Devils Candy es la de crear el vínculo de la familia, algo que se ve a simple vista en pantalla y de la que carece gran parte de las cintas de terror similares de ‘’nos mudamos a una casa alejada de la ciudad y comienzan a pasar cosas, ayuda!’’ la relación padre-hija-matrimonio tiene esa naturalidad que haces que conectes con los personajes, claro que sin entrar en el juego del drama drama familiar pero si superior a lo que estamos acostumbrados a ver en el género últimamente.

Devils Candy no es una película de terror al uso, no puedo revelar mucho, pero es una cinta que explora el terror con cierta originalidad, usando otros recursos para generar el miedo, la tensión entre-mezclado con los elementos más ‘clásicos’. La dirección es buenísima en este aspecto, desde el manejo de la cámara y ese re-gusto a film de los 80 (quizás la música tenga que ver) con ciertas reminiscencias a The Witch en la exploración del miedo con métodos alternativos, claro que sin la brillantez de la película de Robert Eggers. Incluso la entidad maligna (por decirlo de alguna manera) no es la que nosotros esperaríamos, que en realidad nos regala alguno de los mejores momentos de la película, con mucho saña y locura fuera de control.

Las actuaciones también son algo destacable de todo el reparto, no desentona ni uno. El gordo pelado Pruitt Taylor Vince tiene una de sus mejores interpretaciones que le he visto y también me sorprendió ver al viejo Tony Amendola, que se le había perdido un poco pista después de su fugaz paso por Annabelle, un actor del carajo.

El final es el mejor momento de una película cargado de drama, tensión y elementos sobrenaturales que no finaliza, otra vez, de la manera que esperas. Mis dedos son una tumba y me impiden revelar que es lo que sucede, pero este final es original y es bueno, pero también un poco decepcionante. No porque haya un ‘fallo’ sino por una elección en la historia ¿final bueno, agridulce o trágico? Dependiendo del tono de la historia puede ser mejor uno u otro, en lo personal este no era el final que yo hubiese elegido, pero esto ya es muy subjetivo.

Devils Candy es sorprendentemente una muy buena película de terror, donde Sean Byrne que se sale un poco de los cánones, que es algo genial cuando se hace bien. Muy recomendable, un saludo a todos y nos vemos en la próxima.